Mª José Menor: «En algunos círculos de toma de decisiones importantes todavía no se ha interiorizado que una mujer y enfermera cuestione decisiones y haga valer sus criterios debidamente justificados»

Ourense, 6 de marzo del 2020 | El Colegio Oficial de Enfermería quiere sumarse a las reivindicaciones del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), dando la visión de diferentes mujeres enfermeras, con distintas trayectorias profesionales, a lo largo de este mes. La intención es ver cómo una profesión en la que el 87% de las trabajadoras son mujeres, viven estas reivindicaciones, cómo les afecta a su trabajo y cuáles son los retos actuales de su profesión. 

 Iniciamos esta serie con María José Menor, doctora en Enfermería por la Universidad de Granada, una profesional que actualmente, trabaja como enfermera educadora en Diabetes en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense y profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería de Ourense.


Sin embargo, su trayectoria lleva 21 años relacionada con la gestión sanitaria: fue supervisora del hospital del Meixoeiro de Vigo, subdirectora de enfermería del complejo hospitalario universitario de Vigo, jefa de servicio de la subdirección general de calidad y seguridad asistencial de la Consellería de Sanidade, directora de Enfermería en el hospital Nuestra Señora de la Salud de Granada, subdirectora de procesos de Enfermería de la EOXI en el hospital comarcal de Valdeorras y finalmente, directora de Enfermería de la Estructura Organizativa de Xestión Integrada (EOXI) de Ourense, Verín e o Barco de Valdeorras.

En definitiva, una profesional de la Enfermería que ha desarrollado su labor en diferentes ámbitos, pero siempre con el objetivo de mejorar con su trabajo, la situación de la profesión.

 

Pregunta: ¿Ha estado la profesión tan olvidada porque históricamente la ejercen mujeres?
Respuesta: La enfermería es una disciplina humanista ligada al arte del cuidado, de ahí que, la profesión enfermera, desde sus comienzos, haya estado relacionada fundamentalmente con el género femenino. Quizás eso ha sido realmente lo que ha llevado al olvido de la profesión.

Pero, hay que destacar también que, con los años se han ido incorporando hombres a la profesión enfermera al igual que, otras profesiones fundamentalmente masculinas como pueda ser la ingeniería, cuenta hoy en día con mujeres entre sus profesionales.

 

P: ¿Es más complicado para una persona profesional de la Enfermería llegar a puestos de liderazgo dentro del sistema sanitario? ¿Y si además es mujer?
R: Desgraciadamente no podemos decir aquello de que, los puestos de gestión estén profesionalizados en el ámbito sanitario, y no me refiero sólo a enfermería. A día de hoy el acceso a estos puestos responde a criterios de confianza, y no por mérito y capacidad.

Los directores de Enfermería gestionan el 60% del personal y el 55% de los recursos económicos. Y, sin embargo, en muchas ocasiones, su continuidad o no al frente de la dirección de Enfermería no depende de la evaluación de la eficiencia de su gestión.

 

P: Teniendo en cuenta tus años en gestión, ¿crees que es más dura/injusta la crítica a las decisiones que se toman en gestión cuando eres mujer?
R: Yo no diría tanto el hecho de ser mujer, sino el hecho de ser mujer, enfermera y gestora. En algunos círculos de toma de decisiones importantes todavía no se ha interiorizado que una mujer y enfermera cuestione decisiones y haga valer sus criterios debidamente justificados.

 

P: ¿Aún hoy se cuestiona el papel de la enfermera a la hora de tomar decisiones importantes? ¿Se tiene en cuenta la opinión del colectivo a la hora de tomar decisiones organizativas?
R: Lamentablemente sí, aunque desde el punto de vista clínico – asistencial, en lugar de hacer sesiones conjuntas con un mismo objetivo y tomar decisiones compartidas en salud, seguimos dedicando demasiado tiempo a sesiones de enfermería por un lado y sesiones médicas por otro. Somos disciplinas que se complementan, por supuesto, con ámbitos competenciales diferenciados, pero no excluyentes, por lo tanto, enriquecedores y beneficiosos para el paciente y el equipo de trabajo en general.

Lo cierto es que soy muy crítica con la profesión cuando nos quejamos de que no nos tienen en cuenta, pero tampoco hacemos nada por ello. Me explico: estoy convencida de la necesidad de cambiar de una vez por todas el rol tradicional de la enfermera hacia un modelo más profesional, trabajando con evidencia científica y no de forma tradicional.

 

P: ¿Existen realmente barreras para que las mujeres enfermeras no lleguen a puestos de gestión? ¿Se las mide de forma diferente a si son médicas?
R: Lógicamente hay determinados puestos que una enfermera no podría ocupar, por ejemplo, dirección médica. Pero otros muchos como Gerente o Directora Asistencial, podrían ser ocupados perfectamente por enfermeras con la formación académica que exige la Ley: Grado y Doctora. Sin embargo, en Galicia ninguna enfermera ha podido llegar a puestos de Gerencia, puestos que tradicionalmente han ocupado médicos varones, salvo alguna excepción.

En otras CCAA como Madrid o Andalucía, hace años que enfermeros/as ocupan puestos de Gerencia de hospitales, Atención Primaria, Delegación de Sanidad, entre otros, con unos resultados más que positivos.

 

P: ¿Se puede decir que las enfermeras lidian con actitudes machistas en su día a día? ¿Hay trato sexista?
R: Yo no diría actitudes machistas sino usuarios/pacientes/familiares con poco o ninguna educación. No podemos generalizar, pero, en nuestro entorno sigue habiendo casos de faltas de respeto a la hora de dirigirse a un profesional. En nuestras manos está corregir esas actitudes, siempre desde la educación, por supuesto.

 

P: ¿Existen las agresiones del paciente al profesional de Enfermería? ¿Se dan más si la profesional es una mujer? ¿Tienen los pacientes la predisposición a tratar a las enfermeras de forma distinta a los médicos, por ejemplo?
R: Hay servicios más susceptibles que otros en cuanto a las agresiones al profesional sanitario, uno de ellos son los Servicios de Urgencias. Según las últimas noticias al respecto, si no recuerdo mal el 50% eran médicos y el otro 50% por ciento enfermeros, con apenas diferencias en cuanto al género.

 

P: ¿Cómo se gestiona el hecho de que existan hombres enfermeros? ¿Ya está normalizado? Por ejemplo, ¿hay situaciones en las que, tal vez un paciente, muestre extrañeza ante eso?
R: Hoy en día forma parte de lo cotidiano ver enfermeros hombres al igual que médicos mujeres. Los hombres enfermeros siguen siendo inferiores en cuanto a número de profesionales que ejercen la profesión, pero, sinceramente, pienso que el sexo de los profesionales no supone un inconveniente para nuestros pacientes.

 

P: ¿Puede encontrar el colectivo un aliado en los movimientos feministas? ¿Ayuda la visibilización del problema de la mujer en la sociedad para empoderar a la enfermera en su lugar de trabajo?
R: Sí, si partimos de la definición de mujer empoderada como aquella que se vale por ella misma, que tiene una actitud firme ante sus decisiones, que no permite que sea influenciada de forma negativa.

Entiendo que el empoderamiento de la profesión va necesariamente de la mano de la formación: si tengo los conocimientos, sé cuándo y cómo aplicarlos. Podré ser escuchada y que se respeten mis opiniones y decisiones: entonces seré libre. Algo tan sencillo, y a la vez tan complicado, como es convertir en fortalezas mis debilidades. No entiendo el empoderamiento de otra manera.

 

P: ¿Es posible la conciliación con la vida familiar hoy en día en la profesión?
R: Sigue siendo la asignatura pendiente, la rotación de los turnos, la precariedad laboral... no ayudan a la conciliación precisamente.
Medidas tan sencillas como dotar a los hospitales de servicios de guardería, por ejemplo, no sólo permite la conciliación familiar, sino que se sabe que reduce el absentismo laboral, minimiza el estrés del trabajador y hace que el entorno sanitario no resulte agresivo para los más pequeños.

 

P: ¿Cuáles son las problemáticas más urgentes por las cuales está pasando la profesión ahora mismo?
R: Destacaría fundamentalmente dos. Por un lado, la precariedad laboral junto con la infradotación de profesionales en los servicios sanitarios de los distintos niveles de atención (Hospitalaria, Primaria, Socio-sanitaria), tanto en el ámbito público como en el ámbito privado. España, y en concreto Galicia, seguimos estando a la cola en cuanto a ratio enfermera/pacientes. España necesitaría hoy 125.000 enfermeras más para alcanzar la media europea.
Esta situación conlleva gran inseguridad tanto para los usuarios como para los profesionales y una pérdida de calidad de vida de los profesionales sanitarios que ven cómo durante años encadenan contratos y contratos en precario.

Tenemos los profesionales de enfermería mejor formados de la Unión Europea, eso lo saben nuestros vecinos europeos y por eso países como Holanda, Reino Unido, Italia, Noruega, etc., ofrecen condiciones laborales atractivas a nuestros enfermeros que buscan en la emigración profesional la oportunidad laboral que aquí no encuentran.

Por otro lado, la falta de desarrollo real de las especialidades de enfermería, es un problema. Las enfermeras especialistas, al igual que otras profesiones sanitarias como médicos, farmacéuticos, químicos, etc., tienen que pasar un examen para optar a la especialidad llamado EIR (similar al MIR de los médicos). La realidad actual es que, a pesar de contar con enfermeras especialistas en Salud Mental, Enfermería Familiar y Comunitaria y Enfermería Pediátrica; los servicios de salud no han sido lo suficientemente ágiles como para establecer los mecanismos necesarios que eviten que enfermeras generalistas ocupen puestos de especialistas.

 

P: ¿Se sigue viendo la profesión enfermera como una disciplina supeditada a la medicina?
R: No podemos perder de vista que, la profesión enfermera que, como ya he comentado, es una profesión que proporciona cuidados además de técnicas y conocimiento propios de su disciplina. Debe estar necesariamente actualizada para poder responder a los cambios que nos exigen nuestros usuarios/pacientes.

Personalmente creo que, en mayor o menor medida, los profesionales enfermeros somos conscientes de que el centro de nuestros cuidados son el paciente, la familia y/o cuidadores, lo que implica obligatoriamente coordinarnos con otros profesionales en grupos multidisciplinares, pero esto no significa necesariamente la supeditación a ninguna otra profesión.

Lo he mencionado antes, cada profesión tiene su ámbito de competencia y es responsabilidad nuestra y solo nuestra, ser capaces de desarrollar los nuevos roles que nos exige una sociedad cambiante, tales como, humanizar la asistencia sanitaria, favorecer la participación ciudadana en la toma de decisiones, trabajar con eficiencia y evidencia, atención a la cronicidad y envejecimiento, etc.

 

P: ¿Qué esperarías o crees que se debería esperar del movimiento Nursing Now Galicia en el Año de la Enfermera 2020?
R: Creo que es una oportunidad única para visibilizar nuestro trabajo y poner en valor nuestra profesión, que la sociedad conozca mejor nuestras competencias: somos asistenciales es cierto, pero parte importante de nuestra profesión es la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad haciendo educación sanitaria en los colegios, en asociaciones de vecinos, en asociaciones deportivas... pero también estamos en la Docencia Universitaria, en Investigación, en la Gestión.

La sociedad está en una transformación constante, somos el segundo país con mayor esperanza de vida del mundo, hemos abandonado hábitos saludables, tenemos una población mayor y pluripatológica... todo ello requiere un cambio de modelo sanitario, los profesionales enfermeros debemos liderar este cambio haciendo llegar a los responsables sanitarios nuestras propuestas estando presentes en los órganos de decisión.

El grupo Nursing Now Galicia cuenta con líneas de acción en ámbitos tan diversos como la asistencia, la formación, la política, la gestión; con acciones tan concretas como por ejemplo, definir y consensuar el número de pacientes por profesional de enfermería y matronas, potenciar la innovación en enfermería, etc.

 

 


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