“La soledad es un determinante de la salud, tan importante como la diabetes o la hipertensión”

 

Colegio Enfermeria ourense entrevista angel alfredo martinez ques


En la foto, Martínez Ques durante su etapa en el PAC de Castro Caldelas, en una foto cedida por el profesional


Ourense, viernes 22 de abril de 2022.- Ángel Alfredo Martínez Ques ha sido enfermero, durante los últimos diez años, en el Punto de Atención Continuada de Castro Caldelas. Con experiencia también en UCI en lo que al ámbito asistencial se refiere, Martínez Ques es el claro ejemplo de que la enfermería puede y ha de sobrepasar esta frontera. “La enfermería no se debe reducir a la esfera asistencial, hay otros muchos ámbitos para ejercer, como la investigación, la docencia o la gestión”, explica. Y así lo ha hecho a lo largo de sus casi cuatro décadas de actividad profesional: acredita una amplísima trayectoria investigadora, tanto como investigador principal como colaborador. Es también director de la revista científica Ética de los Cuidados, especializada en bioética, autor y coautor de más de 50 artículos publicados en revistas científicas, y de más de 40 ponencias y comunicaciones científicas presentadas en jornadas y congresos. Como docente, ha dirigido e impartido medio centenar de cursos de formación continuada acreditada dirigidos a diferentes profesionales sanitarios

Durante estos años, el tema principal de todos sus trabajos ha sido el cuidado de nuestros mayores: “Es una línea de investigación que llevo desarrollando desde hace muchos años. Me preocupa la atención y el cuidado a las personas mayores porque, en determinadas edades, hay mucha vulnerabilidad”, explica Ques.

Actualmente, y desde el pasado febrero, es secretario del Comité de Ética de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), centrándose por lo tanto en un ámbito más próximo a la gestión que a la enfermería asistencial.

Este profesional ya había participado en otros comités técnicos, como el Comité Científico del Centro Colaborador Español del Instituto Joanna Briggs para los cuidados de salud basados en la evidencia, el Comité de Ética Asistencial del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, la Comisión Gallega de Bioética y formó parte de la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia de la Comunidad Autónoma de Galicia, encargada, entre otras tareas, de la tramitación de las solicitudes de eutanasia en nuestra comunidad.

¿En qué consiste su actual trabajo en el Comité de Ética de la Investigación?

Nuestra función consiste en evaluar, desde el punto de vista ético, los proyectos de investigación que presentan otros profesionales sanitarios, del propio instituto Carlos III y de sus organismos dependientes, como el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas o el Instituto de Investigación de Enfermedades Raras.

¿Perciben un incremento de la investigación enfermera?

En nuestro comité no nos ceñimos a un ámbito concreto de investigación, como lo es la enfermería, pero en los últimos años sí estamos observando un desarrollo notable de la investigación enfermera.

Mi percepción es que ha ido en aumento no solo en producción, sino también en calidad y además, a día de hoy, son muchas las enfermeras que son investigadoras principales de proyectos, es una realidad. Habremos tenido, como colectivo, más dificultades o barreras, pero las estamos superando y los resultados son visibles.

La ética del cuidado está muy presente en su carrera. ¿En qué consiste?

Supone una visión de la asistencia muy diferente respecto a las corrientes éticas que habíamos visto hasta el momento. La filósofa Carol Gilligan estableció una serie de diferencias con el modelo anterior, la ética de la justicia. La ética de los cuidados aporta una visión centrada en los detalles: se centra en el cuidado del enfermo, en su vulnerabilidad, en cómo ayudar a esa persona… Es, por así decirlo, una mirada más femenina y con la que las enfermeras nos identificamos más que con otras teorías. Aunque es un tema muy teórico, se traduce en aspectos que de forma cotidiana corresponden a la enfermería.

Su tesis doctoral en la carrera de Derecho se tituló Ageísmo y derechos humanos en el contexto sanitario, con la que obtuvo un sobresaliente cum laude y el premio extraordinario de doctorado. ¿Siempre le ha preocupado el cuidado de nuestros mayores?

Es una línea de investigación que llevo desarrollando desde hace muchos años porque me preocupa la atención y el cuidado a las personas mayores en aspectos muy concretos como la planificación anticipada de decisiones o los cuidados al final de la vida. En determinadas edades existe una gran vulnerabilidad y a las enfermeras nos corresponde asumir el rol de defensoras de los pacientes: somos quienes debemos actuar como abogadas de las personas más indefensas y ponerles voz.

¿Cuán presente está la ética, y todo lo que ello implica, en el cuidado de nuestros mayores?

El cuidado es indisociable de la ética, que regula la humanización del cuidado; por ello, no puede existir un cuidado de calidad sin la consideración ética, ya sea en mayores o en jóvenes. 

¿Por qué ha de ser la enfermería quien dé voz a los más vulnerables?

Porque somos las profesionales que estamos permanentemente en contacto con el paciente a nivel sanitario. Por esta razón, sabemos mejor que nadie cuáles son sus necesidades y deseos, no solo a nivel físico, sino psíquico, social e incluso espiritual, y la enfermería está sobradamente capacitada y preparada para atenderlas.

¿Qué impacto ha tenido la pandemia en la ética de los cuidados?

En general hemos presenciado un debate ético de gran calado. La vacunación, por ejemplo, ha generado mucha polémica, especialmente por la irrupción de los antivacunas. 

Otro punto fundamental tuvo lugar en el momento álgido de la pandemia cuando se nos fijó un confinamiento domiciliario. No se pensó en las personas mayores, una población con un riesgo muy alto de sufrir soledad no deseada, a quienes les afectó muchísimo, a nivel mental, el distanciamiento social. La pandemia fue especialmente dura para ellos.

¿Qué papel juega la soledad en el deterioro de la salud de nuestros mayores?

La soledad es un determinante de la salud, tan importante como la diabetes o la hipertensión. Hay estudios que corroboran que las personas que sufren soledad no deseada tienen mucho más riesgo de desarrollar enfermedades que una persona que no está en riesgo.

En una entrevista concedida en 2019 mencionaba que en Reino Unido se había creado el Ministerio de la Soledad para luchar contra este problema.

Y también en Japón. Se trata de una declaración de la soledad como un problema de salud pública. Estamos ante una cuestión muy grave, es una pandemia silenciosa de la que no se habla pero el envejecimiento poblacional y la soledad que conlleva son un hecho. En este momento la tasa de envejecimiento poblacional es de más del 125% (hay más personas mayores de 64 que menores de 16 años) y es un problema que no se puede solucionar de manera aislada, requiere una coordinación ministerial importante, debe abordarse de manera seria.

La tasa de envejecimiento en España ha ido aumentando en los últimos años. Sin embargo, en la última convocatoria del EIR, de las casi 2.000 plazas de especialista, solo 78 fueron para Enfermería Geriátrica, con dos únicos puestos para Galicia. ¿Todavía no somos conscientes de la importancia del cuidado de las personas mayores? ¿No hemos aprendido nada de lo sucedido en la pandemia?

El personal de enfermería especialista en cuidado gerontológico es mínimo en todo el territorio español y la situación es similar con la especialidad de medicina: el número de facultativos que hay es muy escaso en comparación con otras especialidades, algo que llama la atención si tenemos en cuenta que es el sector poblacional que más cuidados va a requerir.

En los últimos meses hemos escuchado iniciativas por parte del Gobierno para dar a otras profesiones la capacidad de abordar los cuidados sociosanitarios en detrimento de las profesionales cualificadas, las enfermeras. Esto dice mucho del valor que se le da al cuidado de los adultos mayores.

Participó en la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia de la Comunidad de Galicia en calidad de vocal de enfermería. ¿Cuál es el papel de la enfermería en este proceso?

En la valoración de la solicitud de eutanasia o suicido médicamente asistido, la enfermería debe aportar su visión. Somos profesionales que atendemos a personas con enfermedades incurables, en contexto de mucho dolor. La evaluación de la enfermería es fundamental, como lo es la del médico, psiquiatra, psicólogo o trabajador social.

En relación al acto eutanásico, las enfermeras también están para apoyar a la persona que lo ha solicitado, para que estos últimos cuidados sean lo más adecuados posibles. 

Estamos acostumbrados a entender la asistencia sanitaria como curar únicamente, pero la enfermería se encarga de cuidar y el cuidado no se acaba nunca, tanto el del paciente como el de su familia, de ahí la importancia y el fin de la Enfermería Familiar y Comunitaria. 


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