"Es necesario tener formación específica en EII para hacer una valoración enfermera de calidad"

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La enfermera Ana Seoane, en la sede colegial | FUENTE: COE Ourense


 

Ourense, viernes 8 de julio de 2022.- Hablando con Ana Seoane, de la unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) del servicio de Digestivo del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, hay una palabra que se repite en varias ocasiones a lo largo de la entrevista: formación. “Para mí es importante formarse en este tipo de enfermedades crónicas tan complejas”. Y así lo ha hecho: “He tenido la oportunidad de participar en diferentes cursos y webinars relacionadas con la EII, y también otro tipo de aprendizaje obtenido de distintas sesiones clínicas de la propia unidad en la que trabajo, pero también de otras que conforman el equipo multidisciplinar de Enfermedad Inflamatoria Intestinal”. 

También en el vecino hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo ha participado en un programa formativo, desarrollado por la unidad de EII de este centro hospitalario y dirigido al personal de enfermería que busca formación específica sobre estas enfermedades. “La formación especializada en la consulta de enfermería de EII permite dar respuesta a las necesidades de los pacientes y organizar la atención a los cuidados requeridos para el abordaje de este tipo de pacientes de alta complejidad de acuerdo con los estándares de calidad”.

Entrevistamos a esta enfermera para conocer más acerca de esta enfermedad y su trabajo, en la consulta de enfermería de la unidad y, especialmente, en el Hospital de Día de Ourense.

Cuando hablamos de enfermedad inflamatoria intestinal, ¿nos referimos exclusivamente a la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa?

Fundamentalmente sí. En el momento del debut, a la hora del diagnóstico, es cuando se diferencia si hay una enfermedad inflamatoria intestinal o un colón irritable u otra patología digestiva. 

El diagnóstico no siempre es claro, por eso se hace una colonoscopia y, en la biopsia, es donde se diferencia el tipo de inflamación que existe. Esta es una parte más médica, la que se encarga de la anatomía patológica.

¿La principal diferencia entre estas dos enfermedades es la zona en dónde se localiza la inflamación?

Se puede decir que sí. En la enfermedad de Crohn la afectación, aunque tiene localizaciones específicas, se puede producir en cualquier punto del tubo digestivo y afecta de forma transmural a toda la pared intestinal. La colitis ulcerosa, sin embargo, afecta solo al colon.

¿Cómo influye la ausencia de una alimentación equilibrada y hábitos de vida saludables a la hora de desarrollar una EII?

Todo influye, como siempre, y existen distintos tipos de predisposición: genética, inmunológica, etc., pero al ser una enfermedad inmunomediada (es decir, tu propio cuerpo está atacando a tu intestino) no sabemos al 100% cuál es su origen. Sí sabemos que mantener unos hábitos de vida saludables, la realización de ejercicio físico con regularidad, el abandono del hábito tabáquico y de otras prácticas nocivas contribuyen al correcto cuidado de la enfermedad. Son las pautas en las que más incidimos desde la consulta de enfermería, porque cuando llegan aquí ya acostumbran a venir con un diagnóstico.

Una vez el paciente diagnosticado llega a tu consulta, ¿en qué consiste vuestro trabajo?

La consulta de enfermería de la unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal es relativamente nueva y está en desarrollo en Ourense, por eso para mí es tan importante formarse en este tipo de enfermedades crónicas tan complejas.

Mi trabajo en la consulta consiste en la acogida en la unidad del paciente recién diagnosticado y en el seguimiento de los mismos, que se hace fundamentalmente vía telefónica. Se puso a disposición de ellos un teléfono para dar respuesta a la atención inmediata que necesitan cuando se produce un brote. Por esta razón en el primer encuentro con estas personas nos detenemos especialmente para hacer así una valoración completa de enfermería y conocer más sobre cada uno cuando, en el futuro, nos llamen: cómo estabas el día que te conocí, cómo estás ahora y así observar cómo se comporta la EII.

Es importante, por lo tanto, contar con una formación específica en esta enfermedad para el buen funcionamiento de la unidad. Para una enfermera es necesario llevar un control de ciertos parámetros de sus pacientes, pero en una consulta como estas necesitas unos conocimientos determinados porque estás dando una atención directa, el paciente te dice “Me pasa esto, ¿qué hago?” y tienes que darle una respuesta.

Y además de esa atención inmediata, está el trabajo que haces en el Hospital de Día.

Sí. Aquí es donde administramos los tratamientos biológicos por vía endovenosa y también les enseñamos a los pacientes la forma de inducción de los tratamientos subcutáneos para que ellos se lo administren en casa. Como son pacientes que presentan anemias de manera muy común, realizamos además tratamientos con hierros endovenosos y transfusiones.

¿Cómo suele reaccionar el paciente a este tipo de diagnósticos?

Cada persona tiene un periodo de asimilación diferente, y hay muchas dudas, pero a día de hoy también hay muchas plataformas en las que apoyarnos, como G-Educainflamatoria, desarrollada por el Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECU), donde pueden encontrar mucha información. Hay también aplicaciones que nos son útiles en práctica clínica, como por ejemplo Recuérdame o Calposmart. Estas herramientas sirven como apoyo, pero el componente principal para tratar y apoyar al paciente debe ser nuestra formación específica.

¿Cuál sería esta formación específica?

Todos aquellos conocimientos que te permitan gestionar correctamente una consulta de enfermería, y en el caso de las EII, debemos conocer ambas enfermedades de manera profunda, saber cómo funcionan, las distintas medicaciones que tienes que utilizar... Es necesario tener formación específica para hacer una valoración enfermera de calidad.

¿Qué papel juega la educación al paciente en la enfermedad dentro de las competencias de la enfermería?

Hay una parte que sí que es educación, especialmente en el debut, porque tienes que formar al paciente en la administración de tratamientos subcutáneos, la sintomatología que puede considerarse normal, los signos de alarma de un brote, cuándo debe acudir a nosotros, o a urgencias, etc.

Pero hay otro aspecto igual de importante que es el acompañamiento que hace la enfermera, porque tanto Crohn como colitis son enfermedades con periodos de remisión y otros de brote, que a veces no tienen una vinculación clara con ninguna causa, simplemente suceden como parte del proceso, y eso genera fatiga en el paciente. Hay etapas en las que, a lo mejor, fracasa una medicación y eso, lógicamente, es muy frustrante. 

Por todo esto, es importante el apoyo emocional por nuestra parte, porque son pacientes que tienen una afectación muy importante a nivel psicológico en su día a día, en sus relaciones, a nivel sexual, a la hora de encontrar trabajo, a veces no respeta las horas de sueño… Los dos años de pandemia, por ejemplo, para estos pacientes fueron complicados: no siempre había aseos disponibles cuando los necesitaban, y fue muy duro para ellos.

Para todo esto, es necesaria una profesional de enfermería con formación.

¿La adhesión al tratamiento suele ser buena?

No siempre es fácil conseguir que el paciente se adhiera al tratamiento, pero parte de nuestro trabajo es lograrlo porque es clave en el control de la enfermedad.

Y a mayores, ¿qué hábitos debe cambiar el paciente con EII?

Debe haber un abandono de substancias excitantes e irritantes del aparato digestivo, como el alcohol y el tabaco. Los hábitos de vida saludables, como realizar ejercicio físico de manera regular, son siempre beneficiosos. 

El tema de la dieta es algo muy personal. Evidentemente si hay un ingreso, y el caso lo requiere, a esa persona se le dará, por ejemplo, una dieta pobre en residuos para que el aparato digestivo trabaje lo menos posible. A la hora de fijar la alimentación, debe ser el paciente el que haga la tarea de ensayo-error, ver qué le sienta bien y qué no, pero también hay pacientes que tenemos que derivar al servicio de nutrición ya que requieren aportes más específicos.

Además, es una enfermedad que está asociada con otras enfermedades inmunomediadas como la psoriasis, uveítis, artritis reumatoide, por eso ya desde el debut nos interesamos en saber si hay manifestaciones extraintestinales para que sean vistos por los especialistas de otras unidades.

¿Qué ocurre cuando una mujer con EII decide convertirse en madre?

Es una enfermedad que está en constante estudio y cada vez se avanza más a nivel medicación, de hecho, en el servicio tenemos pacientes embarazadas con EII y algunas pueden continuar con su tratamiento habitual ya que cada vez suponemos de fármacos más seguros. Hay otras medicaciones, como el metotrexato, que es teratogénico (con afectación a nivel fetal), que debemos variar. 

El factor más importante que influye en el embarazo es el control adecuado de la enfermedad (remisión clínica). Por esta razón, normalmente nos comunican su intención de quedarse embarazadas y valoran junto a su médico las mejores opciones.

¿De qué otros avances estamos siendo testigos?

En los últimos 10-15 años se ha avanzado mucho en el conocimiento de la enfermedad mediante la incorporación de estudios genéticos, metabolómicos, etc. Se han incorporado nuevos tratamientos y métodos de tratamiento menos invasivos y mejor aceptados y tolerados por los pacientes. 

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