Toñi García Josa, enfermera de farmacia hospitalaria: "Somos la enfermería invisible, pero nuestra labor es muy importante"

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Ourense, sábado 17 de septiembre de 2022.- La cercanía al paciente es una de las principales características con las que la sociedad, en general, identifica a las enfermeras. Bien sea en atención primaria, planta hospitalaria o urgencias y unidades de cuidados intensivos, tanto pacientes como profesionales, en primera persona o través de algún allegado, podemos hacernos una idea del trabajo que hay detrás de la enfermería. 

Allí donde esté una enfermera habrá un trabajo profesional y de calidad, pero no siempre conocido. Hay unidades en las que su papel parece que no existe, y que dentro de la propia profesión tampoco se llega a conocer en profundidad. Hablamos de la enfermería de la farmacia de los hospitales, responsables de los tratamientos farmacológicos no solo de los pacientes ingresados; los domicilios y las residencias sociosanitarias también dependen de ellas. 

Toñi García Josa nos cuenta que empezó “por casualidad” en la farmacia del Hospital Comarcal de O Barco de Valdeorras, donde estuvo un par de años antes de pasar a la supervisión de la denominada planta naranja de ese centro hospitalario, puesto que ejerció durante siete años, tres de los cuales combinaba con la supervisión de farmacia. Ahora, dedicada al 100% a esta unidad, y coincidiendo con el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, cuyo lema este año es Medicación sin daño, hablamos con García Josa para conocer y visibilizar una de las labores enfermeras más anónimas. 

¿En qué consiste vuestro día a día en esta unidad? 

Nuestras funciones básicas son la elaboración de citostáticos (quimioterapia), realización de nutriciones parenterales (nutrición por vía endovenosa), que muchas veces son a la carta. También preparamos tratamientos para el hospital de día y para los pacientes de hematología, fórmulas magistrales específicas estériles, como pueden ser colirios, preparación de sueros para un paciente ingresado cuando el suero que necesita no se ajusta a ninguno de los que dispone el hospital, etc.

Creo que de manera generalizada y también errónea se piensa que la enfermera de farmacia sólo sirve unos paracetamoles o unas ampollas de nolotil, como si la farmacia fuese un supermercado. No, se encarga de preparar la medicación para las plantas de hospitalización y también el resto de servicios del hospital. Somos la enfermería invisible, pero nuestra labor  es muy importante, además de aportar un plus de seguridad, pues somos las responsables, por ejemplo, de la preparación en cabinas de un ciclo de quimioterapia que se pone a un paciente. 

No solo cuidáis, de manera indirecta, de los pacientes ingresados, sino que domicilios y personas de residencias sociosanitarias también forman parte de vuestro cupo. 

Sí. Es cierto que hay multitud de patologías, véase enfermedades autoinmunes, que probablemente antes requerían un ingreso y ahora pueden estar en su casa con el medicamento que se les dispensa, o la dispensación a pacientes que necesitan antirretrovirales, pacientes paliativos, pacientes con déficits metabólicos que precisan una nutrición especial….. Son este tipo de cosas las que, hasta que estás dentro de la farmacia, no eres consciente de todo lo que hacemos. 

La farmacia del Barco tiene a día de hoy una carga importante, por eso también se está ampliando y mejorando en este momento, por la cantidad de población envejecida que hay en la comarca y también por el número de residencias de personas mayores que hay en el entorno. 

Si la enfermería de farmacia para, ¿se paraliza la actividad asistencial? 

Está claro que si un médico hace una prescripción y no tienes una farmaceútica que lo valide y quién lo dispense, o lo prepare… ¡Hay un problema! Siempre tiene que haber una enfermera en el servicio de farmacia porque no sabes qué te puede entrar por la puerta. Evidentemente tenemos tareas programadas, pero a mayores pueden surgir otras incidencias, por ejemplo, un tratamiento nuevo, preparar un colirio específico, dispensar un fármaco porque el paciente lo necesita de manera inmediata... Multitud de cosas.

¿Qué formación específica necesita una enfermera para trabajar en farmacia? 

No existe una formación específica como tal y creo que debería haberla, como también pienso que la enfermería de farmacia tiene que ser una especialidad. Con esto no quiero decir que nosotras seamos especiales, ni mucho menos, y todos tenemos la capacidad de aprender, pero sí es cierto que hay profesionales a las que cuesta más adaptarse que a otras, y esta no es una unidad fácil. ¿Cómo aprendemos entonces? Observas a tus compañeras y te quedas con lo bueno de una y de otra, y lo pones en práctica, así hasta que llega una nueva enfermera y vuelta a empezar. 

¿Cuál ha sido la evolución de la farmacia hospitalaria en estos años? 

La introducción de la prescripción electrónica es la mejor estrategia de seguridad del paciente para evitar errores en la medida de lo posible. Cuando yo empecé en farmacia coincidió que fuera de Galicia una enfermera desgraciadamente cometió el error de administrar a un niño una dosis de 70 gramos en lugar de 7 gramos de un citostático, y el pequeño falleció. Explico esto porque todos somos humanos y cometemos errores, pero no es lo mismo un efecto adverso en un paciente a un error de medicación que por un fallo de prescripción, dispensación o preparación provoque un daño grave, o incluso la muerte, a un paciente. 

En mis primeros años nos llegaban a la farmacia las hojas de ingreso de los pacientes con la información escrita de puño y letra de los facultativos, y ya sabemos que no siempre es fácil dilucidar lo que escriben. El sistema fue evolucionando con la implantación sucesiva de programas como el Oncofar o el Silicon, en 2016. Creo que la enfermería ganó mucho con la digitalización del sistema de salud, se nos facilitó mucho el trabajo. 

Con el Día Mundial de la Seguridad del Paciente se pretende precisamente hacer un llamamiento para tomar medidas en las áreas asociadas a daños graves causados a pacientes debido a prácticas de medicación insegura, como la polimedicación, la transición entre servicios de atención o por medicamentos que se parece y además suenan de manera similar. ¿Sigue pasando esto para que sea necesario poner en marcha este tipo de campañas? 

Yo creo que sí que es importante poner el foco en este asunto, pues el efecto de la medicación en las personas es un problema de salud pública importante y los fallos en la prescripción, almacenamiento, dispensación, preparación y administración, son los que más se notifican en los sistemas de salud.

Cuando en el 2017 la Organización Mundial de la Salud fijó el reto Medicación sin daño la intención era reducir en cinco años los daños graves que producen los medicamentos en las personas en un 50%, en la población mundial ¿Cómo hacerlo? Fijando tres líneas estratégicas: la seguridad de la medicación de alto riesgo, como el cloruro potásico, por eso existen protocolos para su administración; medicación segura en los pacientes polimedicados y medicación segura en toda la transición asistencial, es decir, proceso seguro independientemente de dónde se encuentre el paciente, en el hospital, en su domicilio o en una residencia sociosanitaria

Hace años se hablaba de 5 correctos en la medicación como los pilares de la seguridad del paciente, actualmente la cifra ha ascendido hasta diez: medicación correcta, reconstitución o dilución correcta, dosis adecuada, correcta vía de administración, pauta adecuada, paciente correcto, informar al paciente, velocidad de administración, registro de la administración y, la última y fundamental, hacer un seguimiento de la respuesta del paciente al fármaco.

¿Y qué hay de la resistencia a los antibióticos? ¿Nos hemos acostumbrado a tomarlos demasiado a la ligera? 

Si, de forma general. Para este uso racional, en los hospitales hay comisiones de antibióticos con una farmaceútica que asesora a los facultativos para evitar precisamente este fenómeno de resistencia a los antibióticos y se haga un uso racional de éstos.

 ¿Cómo concienciamos a la población para que deje en el hábito de automedicarse? 

Actualmente vivimos en una sociedad que va muy deprisa, las citas en atención primaria no siempre son inmediatas. Si se demoran, la persona se encuentra mal y, por cualquier razón, no puede permitirse una baja médica, va a tender a tomar lo que tenga su casa. Por otro lado, creo que también estamos sometidos a una excesiva publicidad, sobre todo en televisión y ahora que llega el invierno, que nos vende que con frenadol o voltadol continúas con tu ritmo de vida como si nada y estos mensajes, quieras o no, se graban en nuestra cabeza. En mi humilde opinión, no hay solo una causa, sino una serie de factores que confluyen.


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