LA ENFERMERA QUE TE CUIDA | El engranaje perfecto antes de cada operación

Cuando un paciente entra en el quirófano todo debe funcionar de manera precisa. Parte fundamental de ese engranaje son los y las enfermeras del área quirúrgica.

enfermeria quirofano interiorY si alguien sabe bien la responsabilidad que significa que todo esté a punto para realizar cualquier tipo de intervención es Olga Iglesias, profesional con varios años de experiencia en este servicio.

Tras pasar por otros puestos desde el Hospital Santa María Nai de Ourense a la dirección de Enfermería, Iglesias actualmente desempeña su trabajo en los quirófanos del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO).

“Una parte fundamental de nuestro trabajo consiste en que todo esté en perfecto estado para realizar cualquier intervención quirúrgica”, señala. Durante las operaciones “cirujanos o anestesistas solicitan el material, que debe estar en óptimas condiciones, completamente esterilizado, y no hay margen de error ni de espera”, destaca Olga. Se trata, tirando de símil, “de una cadena de montaje en la que, si alguien falla, desde los celadores, auxiliares, enfermeras, personal de limpieza..., el trabajo no sale adelante. Todos somos necesarios”.

Dentro de la complejidad que esta tarea supone, se le añade un extra cuando no se trata de intervenciones programadas. “Cuando entran una o varias urgencias que necesitan pasar por quirófano es necesario preparar todo con rapidez pero sin que nada desmaye lo más mínimo”. Entran entonces en juego algunas de las características más destacadas de los profesionales de Enfermería en los quirófanos. “Es muy importante la organización, la disciplina, la templanza en equilibrio con la capacidad de reaccionar con rapidez y eficacia ante una emergencia”.

Pero los y las enfermeras de quirófano no solo juegan un papel técnico. También se encargan de los pacientes en el antequirófano. En ese punto, además de las preguntas de rigor del check list “hablamos con ellos para ayudarles con la ansiedad que supone someterse a la operación”. Para ello, Olga echa mano de la empatía. “Lo primero que hago al tratar con un paciente es consultar el historial clínico para ver cómo se llama y tratarlo por su nombre” estableciendo así un vínculo cercano y personal. Luego, “charlo con ellos, le pregunto por sus cosas cotidianas, trato de que recuperen pensamientos agradables porque la sensación con la que se duermen es la sensación con la que se van a despertar”.

Además de este aspecto más emocional, otra de las tareas fundamentales es cuidar del bienestar y comodidad del paciente durante la intervención. “Cuando las operaciones son largas y se mantienen posiciones forzadas, trabajamos para que se mantenga el nivel adecuado de confort”, explica Olga. También atienden las necesidades específicas de aquellos pacientes con anestesia local u otras particularidades.

El acompañamiento del enfermero dura hasta que el paciente despierta. Esto deja algunas de las anécdotas que, con más cariño, recuerda Olga. “Estaba con el anestesista atendiendo el despertar de una paciente que, en cuanto abrió los ojos dijo 'morrín, estou no ceo e ti es un anxo' a lo que, con humor respondí 'nin vostede morreu, nin isto é o ceo nin eu un anxo, máis ben un demiño'”.

PERCEPCIÓN, SATISFACCIONES Y FRUSTRACIONES

Aunque la importancia de un profesional de Enfermería en el quirófano es indiscutible, todavía se sienten aquellos olvidados. En el caso de los pacientes, “los que se someten a una intervención programada en ocasiones vienen premedicados y no recuerdan especialmente el papel de los enfermeros”, indica Olga. Y en el ámbito profesional, “a veces existe un concepto erróneo por desconocimiento del quirófano e incluso se nos ve como 'especialitos', pero lo realmente especial es el servicio en el que trabajamos”.

La presión que supone trabajar en un quirófano también deja huella en sus profesionales. “Es inevitables frustrarse cuando se prepara una operación, en la intervención algo se complica y las cosas no salen del todo bien. Es un momento muy frustrante, pero al día siguiente tienes otro quirófano y no puedes pensar en que las cosas pueden volver a salir mal, hay que aplicar esa dosis de optimismo y pensar que todo va a ir bien”.

Y nada de esto roba la satisfacción que Olga y sus compañeros de profesión experimentan “cuando tiempo después de una intervención sabes que ese paciente ha salido adelante, esa es la mejor sensación”.


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