CAMPILLOS, J. (31 de diciembre de 2022). Un 35% de los alumnos de Enfermería afirma que padeció algún tipo de agresión verbal. Diario Enfermero. Recuperado de www.diarioenfermero.es
Las agresiones a sanitarios es uno de los mayores retos a solucionar de la sanidad española. Las enfermeras, por ser las profesionales que más contacto directo tienen con los pacientes, son las que más ataques sufren. Los datos casi siempre se suelen focalizar en aquellas que ya completaron el grado o la diplomatura. Pero ¿qué pasa con los estudiantes? Una investigación publicada en la Revista Española de Salud Pública ha estudiado si sufren acoso o intimidación durante sus prácticas clínicas. Los resultados son desalentadores.
Un 35% de los alumnos de Enfermería afirman que padecieron algún tipo de agresión verbal (insultos, gritos o chillidos). El 78% de los estudiantes de cuarto curso de la Universidad de León, que fue la población del estudio, apunta que se sintió ignorado durante su formación, el 60% afirma haber percibido críticas injustas y un 23% relata que se han sentido ridiculizado.
La mayoría de estas situaciones de intimidación y/o acoso fueron originadas por familiares/acompañantes de los pacientes. La cifra alcanza el 31%. No obstante, las agresiones no provienen solo de personas externas, sino también de compañeros de trabajo. Así, los estudiantes apuntan que estas agresiones provienen de supervisores (27%), enfermeras (25%), auxiliares (21%) y médicos (16%).
Consecuencias
Los comportamientos descritos anteriormente han afectado a los estudiantes de Enfermería de modo que un 25,3% manifestaron haberse ausentado en alguna ocasión. Casi un 20% explica que, como consecuencia, vieron afectado negativamente el nivel de atención prestado a los pacientes. Más de dos tercios explican que se sintieron enfadados e inseguros, mientras que casi un 29% se sintió incapaz de desempeñar su labor. Por último, cabe destacar que un 7% afirma que ha pensado en dejar la carrera.
“Se puede deducir que la prevalencia de los actos de intimidación y acoso que sufren los estudiantes está siendo infravalorada por las instituciones. El impacto personal de haber sufrido intimidación y acoso no puede ser subestimado, ya que, indiscutiblemente, el bienestar mental de los estudiantes se ve afectado al sentirse inseguros, incapaces, confundidos, temerosos e, incluso, ansiosos”, concluyen los investigadores de la Universidad de León, que han realizado el estudio.