¿Cómo es la residencia en Enfermería Pediátrica?

Los conocimientos teóricos y habilidades de comunicación destacan en esta especialidad, que tiene una visión holística del niño y su familia


SERRANO, A. (28 de marzo de 2023). ¿Cómo es la residencia en Enfermería Pediátrica?. Diario Médico. Recuperado de www.diariomedico.com


Este año se ofertan 1.961 plazas EIR, un 8% más que el año pasado, para los para los 5.511 que han superado la nota de corte. En Enfermería Pediátrica hay 234 plazas. La elección de especialidad volverá a ser telemática.

“El especialista en Enfermería Pediátrica es el profesional que, con una base científica, presta unos cuidados de enfermería de calidad, desde el nacimiento hasta la adolescencia, incluyendo a adultos jóvenes en el ámbito de la salud y también en procesos patológicos agudos y la cronicidad. Además de esto, tiene la particularidad de que el niño forma una unidad indisoluble con su familia y desde el comienzo de la residencia aprende a verlos como un todo en el que ambas partes necesitan cuidados especializados. Es lo que nosotros llamamos unidad de atención: el niño y su familia”, explica a este periódico Irene Martín, tutora EIR de Enfermería Pediátrica en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de Madrid.

También tiene un perfil docente e investigador, basando así la práctica clínica en la mejor evidencia disponible. “El perfil gestor de la enfermera pediátrica se encarga de adaptar el mundo de los adultos a los niños, convirtiendo así la asistencia en un proceso amable y adaptado para ellos. Por lo tanto, los enfermeros pediátricos deben ser empáticos con los niños, que normalmente se enfrentan al entorno hospitalario como hostil, sino también con los padres, hermanos u otras personas importantes para el niño”, añade.

Precisamente por ello, recalca que en esta rama de la Enfermería es importante la escucha activa, junto a la capacidad de observación y el saber anticiparse, ya que los niños no siempre son capaces de expresar lo que sienten o lo que necesitan, haciéndose imprescindible la información que se recibe del lenguaje no verbal. “Las habilidades de comunicación serán imprescindibles para establecer una relación de confianza con la familia o los cuidadores y serán clave para prestar una adecuada educación sanitaria, especialmente sensible con los adolescentes. Todas estas cualidades se potencian si, además, se realiza un buen trabajo en equipo, algo que es de suma importancia y en lo que se va trabajando a lo largo del periodo formativo”, señala Martín.

Por su parte, Blanca Delia Santamaría Santos, supervisora de la Unidad de Pediatría del Hospital 12 de Octubre (Madrid) y tutora EIR, recuerda que el enfermero pediátrico posee competencias adquiridas durante su formación que le capacitan en el desarrollo de su actividad en cualquier ámbito sanitario pediátrico, ya sea en el centro de salud, unidades de Neonatología, unidades de Pediatría, unidades de Cuidados Intensivos Neonatales y Pediátricos o unidades de Urgencias Pediátricas

“Se incluyen en su formación competencias transversales: comunicación, gestión clínica, docencia e investigación, así como competencias de intervención avanzada específica de atención primaria, hospitalización, unidades de Intensivos (neonatal y pediátrica) y atención al RN (unidades obstétricas)”, asegura

 

Qué aprende el EIR Pediátrico

Es una especialidad muy completa, con una amplia variedad de ámbitos de atención, en la que se aprende a nivel técnico y de cuidados, y también humano. “Los dos años que dura la residencia, aunque no voy a negar que son duros, se ven recompensados por lo que aporta el trabajo con los niños y sus familias. Es una de las especialidades más bonitas y gratificantes que os va a hacer crecer tanto a nivel profesional como personal”, dice Martín.

Añade que la importancia que se da a la investigación va a afianzar o a ampliar los conocimientos que ya comienzan durante la carrera. “En todas las unidades docentes es obligatoria la realización de un proyecto de investigación al finalizar la residencia, siendo también un proceso guiado por una enfermera. Además, la labor docente va a tener un peso importante, en el Hospital Niño Jesús, por ejemplo, siempre se reúnen los residentes con los tutores al menos una vez al mes para presentar los planes de cuidados, búsquedas bibliográficas o las sesiones que hayan preparado para los profesionales del hospital”.

La tutora de EIR Pediátrico del Hospital 12 de Octubre explica que los residentes de esta especialidad enfermera adquiere las habilidades para trabajar en cualquier ámbito pediátrico, con distintos niveles de complejidad y sin salir del 12 de Octubre, “ya que este hospital ofrece una amplia variedad de servicio, es referente en muchas patologías y centro de referencia para otras provincias. Recibimos EIR de Pediatría externos para rotar aquí”.

 

Rotaciones

Según el Boletín Oficial del Estado (BOE) se deben realizar las siguientes rotaciones: 7 meses en el entorno de la atención primaria (centros de salud, consultas externas, centros de atención sociosanitaria, escuelas…); 2 meses en urgencias pediátricas; 5 meses en unidades pediátricas; 2 meses en cuidados medios neonatales; 3 meses en cuidados intensivos pediátricos y 3 meses en cuidados intensivos neonatales. Estas dos últimas rotaciones, al menos, deberán reservarse para el segundo año de residencia.

“Si bien, estas son las rotaciones exigibles para realizar durante la residencia pueden variar ligeramente de un hospital a otro, sobre todo las rotaciones en las unidades pediátricas. Por ejemplo, en el Hospital Niño Jesús se realizan rotaciones por las unidades en las que es más puntero, como son Oncología Pediátrica, Cuidados Paliativos pediátricos, especialidades médicas (Neurología, Endocrinología, Nefrología…), Psiquiatría Infantil, la unidad de hospitalización a domicilio, Cirugía Pediátrica u hospitalización de lactantes. Además, cuenta con consultas externas con agenda específica de Enfermería Pediátrica en las consultas de Endocrinología, Nutrición y Alergia”, explica Martín.

Cada hospital -añade- tiene áreas en las que se especializa más. “Es importante que el futuro residente lo valore para decidirse por un hospital u otro. Además, en todos ellos se podrán realizar rotaciones externas no previstas en el programa específico de formación y en las que el tutor puede servir de ayuda para orientar y guiar al residente”.

En el Hospital 12 de Octubre durante el primer año rotan 4 meses por unidades de hospitalización pediátrica (Cirugía, Pediatría General y Lactantes, Cardiología); 1 mes en Obstetricia; 1 mes en urgencias pediátricas y 5 meses en el centro de salud. En el segundo año, rotan 1 mes en Urgencias Infantiles; 4 meses en Neonatos (1 mes en cuidados intermedios, 15 días en unidad de atención inmediata al parto o transición y 3 meses en cuidados intensivos neonatales o CIN); 3 meses en Unidad de Cuidados intensivos Pediátricos (UCIP): 2 meses en AP y 1 mes en Oncohematología Infantil.

“Durante la rotación pasan también por distintas consultas infantiles (Cardiología, Diabetes, Nutrición, Ostomías…), Hospital de día Pediátrico, Unidad de Cateterismo e intervencionismo Cardiaco Infantil, Banco de Leche…”, apunta Santamaría Santos.

 

Guardias

Las guardias se deben realizar en cualquier servicio de la unidad docente que más se adapte al programa formativo. El BOE aconseja la realización de entre dos y cuatro guardias mensuales.

“En el Hospital Niño Jesús se realizan 3 guardias al mes como mínimo, dos de turno de mañana o tarde (7 horas) y una de noche (10 horas), y siempre tienen que ser en fin de semana o en días no laborables. La distribución de las guardias la realizan los propios residentes, con la única condición de que no coincidan en un mismo servicio y turno. En el primer año se realizan la mayoría de las veces en la urgencia pediátrica, y en segundo en la UCI Pediátrica del mismo hospital, existiendo la posibilidad de realizarla también en la unidad de hospitalización donde se rote”, explica Irene Martín.

En el 12 de Octubre las guardias de las rotaciones también son los fines de semana. “Pueden elegir entre la noche de viernes (de las 22h a las 8h), la mañana de sábado (de las 8h a las 15h) o la noche de sábado (de las 22h a las 8 h). No trabajan festivos ni hacen tardes. Hacen la guardia en el servicio donde están rotando en ese momento y si están en primaria en el que hubiesen rotado el último. De hecho, hacen una media de 2 guardias al mes y disfrutan de 1 mes de vacaciones”, asegura Santamaría Santos.

 

Horario y carga de trabajo

El horario en la mayoría de los casos es de turno de mañana, salvo algunos servicios donde se realizan durante el turno de tarde. La carga de trabajo depende del servicio donde se encuentres, sino también de cómo se encuentre la carga de trabajo en el mismo servicio. “Los R1 asumen un rol más formativo, teniendo siempre una figura de enfermero docente que les guía durante sus rotaciones en el primer año. Como R2, asumen una mayor responsabilidad, pudiendo ya asumir pacientes por ellos mismos, aunque siempre con una figura de enfermero docente que les sirve de guía en su práctica asistencial, garantizando así la asunción progresiva de responsabilidades”, destaca la tutora EIR del Hospital del Niño Jesús.

En el Hospital 12 de Octubre trabajan de lunes a viernes de 8h a 15h. “Durante los primeros días lo hacen de forma colaborativa con las enfermeras de la unidad y, a medida que van adquiriendo competencias y van ganando en autonomía, empiezan a llevar paciente de forma autónoma. Escuchan el cambio de turno de la noche a la mañana y se responsabilizan de pacientes en la medida de su grado de autonomía y capacidad, siempre con el apoyo de las enfermeras del turno de mañana”, añade Santamaría Santos.

 

Perspectivas laborales

Para Martín, las perspectivas laborales de esta especialidad solo pueden crecer. “Por la importancia de prestar unos cuidados especializados de calidad, y los beneficios que tanto para los pacientes y sus familias como para sistema conlleva, sino también por la cada vez mayor tendencia a la especialización en todos los ámbitos de la Enfermería. Es cierto que con las circunstancias actuales de pandemia hay poco paro en la profesión, pero pienso que el futuro obliga a las administraciones a apostar por los especialistas en el desempeño de puestos específicos”, dice.

Sin embargo, recuerda que aún queda mucho camino por hacer: “Es importante la creación de bolsas específicas para cada una de las especialidades para que los enfermeros formados en una especialidad puedan desempeñar su trabajo en la misma, algo que no se cuestiona en otras ramas sanitarias”.

Santamaría Santos añade que las EIR que terminan la residencia en el Hospital 12 de Octubre tienen asegurado el contrato al terminar en unidades pediátricas ese mismo mes de mayo o junio. “Suelen quedarse después del verano”.

 

Hacen falta cuidados especializados

José Tubal Pérez es R2 de Enfermería Pediátrica en el Hospital Niño Jesús. “La elección de una especialidad en Enfermería no es algo fácil. El sueldo, el cambio de rol como profesional... y otra serie de factores hacen que esta decisión no sea algo sencillo. Elegí esta especialidad porque creo firmemente en la importancia de unos cuidados de calidad especializados, más si cabe en la población pediátrica. Estamos en un momento donde parece que cada enfermero debería de saber o conocer sobre todas las especialidades y esto solo se traduce en unos cuidados, en la mayoría de los casos, de baja especialización y por lo tanto de baja calidad”, explica.

Para este residente, unos cuidados especializados no solo se traducen en mejores profesionales para el SNS, sino también en unos pacientes (en este caso pediátricos) a los que los cuidados que se les brindan son especializados y basados en la mejor evidencia científica.

Lo que más le gusta de esta especialidad es su variedad y la cantidad de áreas donde es posible especializarse. “El mundo de la Neonatología, la Pediatría e incluso de los adolescentes, cada uno con sus cuidados específicos, suponen una variedad increíble a la hora de mejorar como profesional y de proseguir mi formación como enfermero especialista. Además, se trata de una especialidad donde no solo es importante lidiar con la población que atendemos, sino también con los familiares, que se convierten en un aspecto fundamental en el cuidado integral del niño y que requieren también de un trato y cuidados específicos”.


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