La ofensiva rusa contra Ucrania ha puesto en jaque la sanidad del país porque, después de dos años de lucha contra la pandemia, han visto como una guerra les ha sobrevenido en cuestión de días. Heridos, muertes y destrucción ponen de manifiesto la injusta realidad que vive la población ucraniana y, entre ellos, los sanitarios. Las enfermeras deben adaptarse a una atención de guerra, en la que hay que priorizar a determinados pacientes para que sobrevivan.
GREGORIS,M. (05/03/2022) Las enfermeras de Emergencias de España, preparadas para dar soporte con la llegada de refugiados ucranianos. Diario Enfermero. Recuperado de: www.diarioenfermero.es
La ofensiva rusa contra Ucrania ha puesto en jaque la sanidad del país porque, después de dos años de lucha contra la pandemia, han visto como una guerra les ha sobrevenido en cuestión de días. Heridos, muertes y destrucción ponen de manifiesto la injusta realidad que vive la población ucraniana y, entre ellos, los sanitarios. Las enfermeras deben adaptarse a una atención de guerra, en la que hay que priorizar a determinados pacientes para que sobrevivan.
“Estamos acostumbrados a un tipo de tratamiento en el que a todos los pacientes se les trata por igual y la situación bélica es una catástrofe sanitaria, que requiere un cambio asistencial. Es ahí cuando nos vemos obligados a hacer un triaje y determinar qué pacientes tienen más posibilidades de sobrevivir para adecuar los recursos a la demanda asistencial generada, que es muy exagerada frente a una respuesta limitada”, explica Javier Morillo, vicepresidente de enfermeras de Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes).
Sobrecarga
En este aspecto, Morillo afirma que “esta guerra sobrecarga una situación sanitaria que ya es suficientemente tensa con la pandemia”. “No deja de haber las mismas enfermedades que hay en todos los lugares, pero a esto hay que añadirle un gran número de víctimas de origen traumático, que son más complejas”, cuenta el enfermero de Urgencias y Emergencias.
Desde Semes, los profesionales médicos, enfermeros y técnicos de la Sociedad se han puesto a disposición del Gobierno para dar soporte en las necesidades urgentes derivadas de la guerra. Por ejemplo, con los refugiados, las enfermeras de Urgencias y Emergencias de España tendrán un papel fundamental a la hora de darles una atención de calidad. “Tenemos que dar un apoyo psicológico añadido a la situación o a los cuidados normales que realizaría a nivel orgánico. De hecho, los trastornos de estrés postraumático se comenzaron a ver en los conflictos armados. En la Segunda Guerra Mundial, se observó que muchos refugiados y soldados lo desarrollaban”, recalca.
Entorno habitual
En el caso de los niños, Morillo subraya que “se les expulsa de su entorno habitual de una forma agresiva y, en muchos casos, han podido tener pérdidas familiares, lo que puede generar problemas a largo plazo”. “Lo mismo ocurre con los combatientes porque no están acostumbrados a esa situación de tener riesgo de muerte inminente o de haber sufrido algún tipo de herida que limite su actividad para el resto de la vida”, asevera.
Pero no sólo ellos, las enfermeras y demás sanitaros que tienen que trabajar con estos pacientes se ven sometidas a un enorme nivel de ansiedad. “Siguen siendo personas y, además, están inmersas en un conflicto bélico que les implica a nivel individual, personal y familiar y, aparte, están obligadas por su profesión a dar una respuesta sanitaria”, recalca.
Sobreponerse
En esta misma línea, el enfermero asegura que “los profesionales de Ucrania no han tenido tiempo de sobreponerse a lo que les ha ocurrido en estos dos últimos años y ahora ven cómo les ha sobrevenido una guerra en las dos últimas semanas, con un nivel y una actividad de trabajo bestial”.
Sin duda, Morillo concluye que los enfermeros, médicos y técnicos de Urgencias y Emergencias darán todo su apoyo a los compañeros ucranianos y brindarán todas las competencias y conocimientos para lo que haga falta en estos momentos.