Publicado 15 abril 2024. Fuente: Diario Sanitario
El economista Rafael Sanjosé Flores está en el ecuador de la carrera de Enfermería, a la que ha llegado superados los 40 años, cuando, cansado de números y papeles delante de una pantalla, se decidió por un futuro con personas frente a un frío presente que ya no le llenaba.
Sanjosé ya tiene el sueño de la mayoría de los españoles: un trabajo fijo, con sueldo y horarios aceptables. Pero si bien en su día estudió Económicas con ilusión, con la misma que ha ejercido, la crisis de los cuarenta le empujó a salir de su zona confort. Y vaya si lo hizo. Para entrar en la Facultad de Enfermería de Albacete, primero tuvo que estudiar un grado superior de Formación Profesional, además de volverse a presentar a las pruebas de acceso a la Universidad, porque su selectividad no le valía.
Este economista, que compagina trabajo y estudios, se tuvo que preparar en un mes las asignaturas de Biología, que no había visto en su vida, y Química, que llevaba veinte años sin ver, pero, con todo y con eso, sacó un 12,95 de nota media que le abrió las puertas de su sueño, la Facultad de Enfermería de Albacete, donde ahora mismo cursa segundo.
Lleva dos años sin vacaciones y aún resuenan los ecos de quienes lo tachaban de loco por dejar un trabajo fijo, pero eso es lo que hará en cuanto tenga su título de enfermero y reciba la primera oportunidad. Le da igual que su destino esté en un pueblo remoto o en la capital. “Trabajo con papeles, números e informes y ahora quiero hacerlo con personas”, decía un ilusionado Rafael Sanjosé.
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